viernes, junio 5

Aquí, yo y liviana.

Me reservo mi derecho de sonreir por gusto.
Me estorba el pensamiento ajeno, pero me estimula a pensarlo un poco mejor. La niña con miedo, la niña insiste, la niña se rie.

La absurda idea de buscar conceptos raros, de buscar explicación, de tener los pies en la tierra aunque nada me amarre a ella. Soy libre yo y el resto. El estremecimiento mismo de no reconocer las barreras entre tu libertad y la mía, o perder por ejemplo, el momento en que su libertad se separa de la mía...porqué no hacer que las membranas se entrecrucen para desubicarse? ¿Porqué mi libertad entorpece la tuya? Y si grito? Y si salto? Y si me callo mejor?

(La verdad, confieso, es que no sé muy bien a dónde quiero llegar, pero de una forma u otra me complace saber que estoy escribiendo sin destinos otra vez)

Es sólo que al nudito de la garganta no le cuesta nada aparecer, como Pedro por su casa.

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Stop!

Músiquita para bailar con nada, musiquita para volar. Hubo un tiempo en que fue sólo para sentir, que el momento te abrazara y te erizara los pelos, que el vinito en vaso se te abalance, y que cerrar los ojos fuese más fácil que abrirlos. Un cerrar de ojos en todo sentido. Así que necesito darle trabajo a mi cuerpo! Aunque tenga suficiente en la semana. Sé que hay partes que pierden funcionalidad, y que dejan de existir, como en la ley de selección natural. Le hago la lucha entonces a la fuckin ley, y me lanzo al mar de armonías para deslizarme. Cada parte de mi cuerpo tiene su función, todas! Cada centímetro de piel tiene que rozar las notas que salen del parlante medio malo. Inspiro algo dulce, una sensación valiosa, un sentimiento de ganancia, de riqueza. Mis pies comienzan a desligarse del suelo y mis manos buscan con paciencia el espacio mínimo para abrirlo y meterme en otra realidad.

Algo de las paredes se siente, más algo de olor a talco aun; el roce con las migas de la alfombra empieza a entregar un cosquilleo para adormecer los dedos, la luz pasa a ser sólo brillo y el comentarista del partido aun no se calla.

Como para escribir una canción a los gatos que se pasean en los tejados.

2 comentarios:

Dalibor Yutronic dijo...

que desvelarse sea la regla del día
y que la biblia se reescriba todas las semanas
vivir sufrir y parir
no es casualidad que terminen en -ir
que tampoco lo es que rime con seguir
ni que ser sangre de la Sangre maneje nuestros hilos con el mismo fervor y pasión por lo vivido, y lo soñado, y lo respirado, hermana mía.

bien dicho.

Naya dijo...

Como Pedro por su casa. Si que si.
Bajofondo es buenísimo...
Una vez alguien ecribió una entrada, hace varios años ya.. "efectos de la música lenta"

La música produce tantas cosas.

Lindo Blog
Besos.